¿Por qué es importante
la relajación?
El
equilibrio psicofísico consiste en la capacidad de pasar de estados de tensión
a estados de relajación, única condición que puede garantizar, a la larga,
estabilidad y armonía.
Este paso corresponde a los diversos ritmos de la vida:
vigilia y sueño, trabajo y ocio, enfermedad y buena salud, tristeza y alegría.
Relajación
no es sinónimo de pasividad. Por el contrario, consiste en la capacidad de
distenderse para combatir el estrés y eliminar la fatiga producida por
tensiones y sobreesfuerzos.
¿Cuándo es necesaria la
relajación?
Un
análisis del estado físico y de la actitud psicológica ofrece numerosas
indicaciones acerca de la existencia de un estado de tensión que se
beneficiaría de la práctica de técnicas de relajación. Veamos algunos ejemplos:
- El individuo está fatigado y muestra desinterés por todo.
- Se muestra tenso y fácilmente irritable.
- En algunos casos, se repliega en sí mismo para reflexionar sobre sus problemas, aunque sin llegar a soluciones satisfactorias.
- Se vuelca en el trabajo o la diversión sin lograr eliminar la sensación de vacío e inutilidad.
¿Cómo relajarse?
Existen
numerosas técnicas de relajación. Es tarea de cada uno encontrar, según sus
inclinaciones, un método que procure la distensión necesaria para el equilibrio
psicofísico. Con frecuencia resulta suficiente con hallar tiempo para dedicarse
a una ocupación tranquila y agradable, como sentarse cómodamente en una butaca
para leer un libro, escuchar o tocar música, bordar o coser, pintar, dar un
largo paseo por los bosques, etc.
La
tensión se traduce a menudo en una respiración superficial e irregular, que
causa mala oxigenación de los órganos y sobre todo del cerebro, con nerviosismo
y falta de concentración. La regulación de la respiración constituye la base de
numerosas técnicas de relajación.
La
respiración que garantiza la relajación es profunda y regular. Al inspirar,
lentamente, el aire debe penetrar hasta elevar el abdomen. Al espirar, los
pulmones se vacían y el vientre se aplana. Antes de la siguiente inspiración es
preciso hacer una breve pausa.
La
relajación puede conseguirse también mediante un simple baño caliente en el que
se han diluido aceites esenciales de virtudes relajantes.
Otros métodos pueden
ser:
El
automasaje del rostro o la nuca.
Una
contracción de los músculos de los miembros y la espalda seguida de su
progresiva relajación, controlando al mismo tiempo la respiración.
Métodos
como el entrenamiento autógeno, el yoga, el tai-chi y el qi-gong, que
garantizan no sólo la relajación física sino también la mental.
En todos los casos le recomendamos consultar con su médico, terapeuta u otro profesional de la salud competente. La información contenida en este artículo tiene una función meramente informativa.
Autora:
Mujeractual
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